![El_arroyo_anunci_pequeño_copia.jpg](https://static.wixstatic.com/media/96bd60_6a967aebb8764e3d934d0f9771556bf8.jpg/v1/fill/w_216,h_194,al_c,q_80,enc_avif,quality_auto/96bd60_6a967aebb8764e3d934d0f9771556bf8.jpg)
![casa_tefa_anunci_pequeño_copia.jpg](https://static.wixstatic.com/media/96bd60_f57f5da36aef4b599c96ca37b87f1eba.jpg/v1/fill/w_216,h_194,al_c,q_80,enc_avif,quality_auto/96bd60_f57f5da36aef4b599c96ca37b87f1eba.jpg)
![El_arroyo_anunci_pequeño_copia.jpg](https://static.wixstatic.com/media/96bd60_6a967aebb8764e3d934d0f9771556bf8.jpg/v1/fill/w_216,h_194,al_c,q_80,enc_avif,quality_auto/96bd60_6a967aebb8764e3d934d0f9771556bf8.jpg)
Gente mas Revista web
![](https://static.wixstatic.com/media/96bd60_4ae9272ee57248b69457898c48887632.jpg/v1/fill/w_660,h_696,al_c,lg_1,q_85,enc_avif,quality_auto/96bd60_4ae9272ee57248b69457898c48887632.jpg)
![Portada. Roberto Salazar](https://static.wixstatic.com/media/96bd60_41e13dd399384989845674ef490cff2c.jpg/v1/fill/w_980,h_1307,al_c,q_85,usm_0.66_1.00_0.01,enc_avif,quality_auto/96bd60_41e13dd399384989845674ef490cff2c.jpg)
![Bienvenidos](https://static.wixstatic.com/media/96bd60_b3eeb62f5cc2434398b8a51bcfabc179.jpg/v1/fill/w_952,h_1200,al_c,q_85,enc_avif,quality_auto/96bd60_b3eeb62f5cc2434398b8a51bcfabc179.jpg)
![Las tres mujeres que mas lo aman](https://static.wixstatic.com/media/96bd60_ff80c2fe518f4687b9c04a2cb494bea8.jpg/v1/fill/w_980,h_574,al_c,q_85,usm_0.66_1.00_0.01,enc_avif,quality_auto/96bd60_ff80c2fe518f4687b9c04a2cb494bea8.jpg)
![Portada. Roberto Salazar](https://static.wixstatic.com/media/96bd60_41e13dd399384989845674ef490cff2c.jpg/v1/fill/w_980,h_1307,al_c,q_85,usm_0.66_1.00_0.01,enc_avif,quality_auto/96bd60_41e13dd399384989845674ef490cff2c.jpg)
Roberto Salazar. Trabajo duro y grandes expectativas.
Hace unos días, estuvimos con Roberto Salazar, actual funcionario de la Secretaría de Salud y que por su destacada participación y liderazgo muchos desean conocerlo. Pero, ¿quién es Roberto Salazar? Roberto, es el segundo hijo de una pareja que se conoce en Iguala al llegar el padre a esa ciudad. Es nieto de quienes vieron la necesidad de visitantes y usuarios de la vieja terminal de autobuses igualteca, fundando uno de los mejores y más antiguos hoteles de la ciudad. También es quien fuera abanderado de la primaria y la secundaria, no dudamos en preguntar si tiene alguna anécdota al respecto. “Si, una ocasión casi me desmayo. Mi mamá atravesó la explanada corriendo, ante la mirada sorprendida de mis compañeros, que pensaron sería ella quien me daría la bandera”.
Licenciado en Mercadotecnia por la Universidad La Salle de Morelia. Roberto nos abrió las puertas de su casa para platicar sobe su vida, su trabajo y su visión sobre el futuro. Entre risas y relatos de la infancia le preguntamos sobre sus inicios en la administración. “Cuando acabé la carrera, mi principal meta fue seguir estudiando, por aquellos días yo ya sabía que me quería dedicar a la política. Desde la preparatoria soñaba con la coordinación de campañas y todo lo relacionado con la administración pública, así que mi elección para la maestría fue “Análisis político y medios de información”, con especialidad en marketing político, en el Tecnológico de Monterrey. Cuenta que al estar cerca del final de sus estudios de posgrado, su principal meta era conseguir su trabajo soñado. Por lo que decidió armarse de valor y escribirle al que por entonces era uno de los más reconocidos gerentes de marketing político del norte del país. En un mail le comentó su interés por desarrollar su gusto y profesión por la política en su consultora. La respuesta, claro está, tardó en llegar. Pero la vida da muchas vueltas. “Una mañana, al entrar a mi salón a una clase nueva, me quede atónito al ver que aquel a quien yo había escrito días antes era el mismo que me daría la siguiente clase. Sin dudarlo me apresure a ser el mejor, y poco a poco hicimos buena amistad. Yo me reserve el comentarle cualquier cosa sobre mi carta enviada con tanto anhelo. Supe esperar el momento adecuado y este llegó al final del semestre, cuando finalmente compartimos un espacio donde yo podría exponerle en vivo mis deseos de trabajar con él: el elevador de la escuela. Mi maestro y guía por fin estaba donde yo podría exponerle mis sueños. El me escucho atentamente y cuando termine, justo al abrirse las puertas, me dijo: ´nosotros te hablamos´. Yo pensé lo que siempre se piensa ante esa respuesta: jamás me llamarán” El sueño seguía siendo eso: un sueño. Así que Roberto regresó a Iguala con el ánimo dispuesto y una meta clara: la prosperidad y el servicio. “Pero una mañana, recibí una llamada, era de la consultora y me preguntaban si podía estar con ellos en aproximadamente una hora. ¡Estaba a mil kilómetros de ahí y sabía que era imposible que yo llegara en una hora! Sin embargo, no dude y arme mi maleta para partir hacia mi destino.”
![](https://static.wixstatic.com/media/96bd60_9a1273028d2d40ab9b3b68543df6e22e.jpg/v1/fill/w_293,h_217,al_c,q_80,usm_0.66_1.00_0.01,enc_avif,quality_auto/96bd60_9a1273028d2d40ab9b3b68543df6e22e.jpg)
Para Roberto las cosas han salido bien: su empeño en el estudio y la responsabilidad para consigo y los suyos han hecho que la base de su éxito sea sólida y llena de satisfacciones. Desgraciadamente, la vida siempre se encarga de ponernos pruebas que nos habrán de templar, marcando para siempre el rumbo de nuestro destino sobre esta tierra. Su anhelo de prosperar en el marketing político del norte del país se vio obstaculizado por la repentina enfermedad de su abuelo, que le obligó a dejar aquellas norteñas latitudes y regresar a Iguala, para cuidarlo junto con su madre, su abuela y su tía, que lo guían como una madre cada una –esto le hace sentir que, en realidad, tiene tres mamás-. La muerte de quien era inspiración y pilar de vida, provoco un cisma que lo habría de llevar a dar sus primeros pasos en la administración: El famoso hotel de sus abuelos, desde hacía muchos años, era una empresa consolidada y en constante crecimiento que poco le pedía a la innovación y el cambio. Una clientela fiel y una ubicación privilegiada lo mantenían sin problema alguno.
“El reto era mayor: ¿Qué podía hacer yo para mejorar algo que no necesitaba mejorarse?” se pregunto el joven Roberto. “Mis estudios en mercado, en prospección macroeconómica, me limitaron un poco. ¡Mi destino era guiar a los futuros jefes de estado!” Pero las abuelas son sabias. La de Roberto es de aquellas que confían en la calidad de su estirpe y no dudan en aventarlos al ruedo para probarlos. Triunfen o fracasen, la vida debe continuar y hay que hacer lo que se debe hacer. Eso lo aprendió desde muy pequeño al observar la cuidadosa administración que sus abuelos llevaban. Roberto enfrentó el desafío, temiendo más la respuesta de la mujer que lo había incitado –casi arrojado a la vida-, que el resultado de sus ideas y propuestas. Durante algunos días su mente revisó libros y estudios, hasta que por fin la solución vino a su mente, cristalizándose en materia alimentaria. Nacía el restaurante “Los Laureles”, nombrado así en honor al viejo y gran árbol de laurel que su abuela sembró en la parte trasera del hotel. “Ella lo trajo muy pequeño, era apenas un arbusto cuando lo sembraron ahí atrás.” Además, su espíritu de preparación le hizo tomar cursos y acreditaciones en ´alimentos y bebidas´, hecho por el cual el éxito del restaurante quedo consolidado. De ahí siguieron algunos negocios más que aún prosperan y que hablan de la calidad de trabajo y las ideas de Roberto.
El destino.
Las cosas caminaban por una ruta con pocos baches, sin embargo, la oportunidad de ejercer aquello para lo que se había preparado, convertir en realidad el sueño, se le presentó un día en el restaurante que había fundado junto con su primo, cosechando un éxito tras otro. “Esa mañana, mi abuela me llamo a su mesa. Estaba con algunas personas y de todas me presentó a Dr. Lázaro Mazón. Mi abuela dijo: ´Doctor, El es mi nieto. Le encanta la política y tiene muchas ganas de trabajar´. Recuerdo muy bien que el doctor me miró un momento y dijo: ´Mañana voy a ir a repartir playeras a una escuela, ¿nos acompañas?´ Y ahí fue donde comencé de nuevo mi carrera en la política. Solo que esta vez en la tierra que me vio nacer.”
“Decisiones que ayuden a toda la gente.”
De su en el restaurante, Roberto aprendió algunas valiosas lecciones. “Hagas lo que hagas, nunca dejes de pagar la nómina.” Le dijo su abuela. También aprendió la importancia y el valor del trabajo en equipo: “En una ocasión, la señora cocinera me pidió permiso para salir. Era un día importante para ella, y para mí: ¡El restaurante estaba lleno! Sin dudarlo le pregunté qué podía hacer yo por ella y personalmente hice su encargo. La lección la aprendí entre el tráfico y la angustia de haber dejado solo el restaurante: hay veces que los sacrificios valen el resultado ¡porque todo fue un éxito!”. Hoy, Roberto es el coordinador estatal de Unidades Médicas Móviles del Gobierno del Estado de Guerrero, un programa que atiende a mas de 120 000 personas en todo el Estado de Guerrero y que en tres años se ha posicionado como uno de los mejores del país, saltando del lugar 31 al 5 en tan solo ocho meses. “Cuando llegué, las cosas no iban muy bien: Los trabajadores estaban en huelga, hacia meses que no cobraban su viatico. Es comprensible que estuvieran así. Dejan de ver a su familia por días y hasta semanas para marchar hacia las zonas de más alta marginación: lugares donde uno ve cuanta es la diferencia económica en nuestro país. Mucha gente que yo conozco en esos lugares nunca había visto a un médico en su vida.”
La tormenta.
En septiembre de 2013, La tormenta tropical Manuel provocó uno de los mayores desastres en la historia del Estado. “Esa noche, estaba cenando con mi familia y las noticias comenzaron a fluir: el panorama era devastador. Así que hice la llamada. Dijeron que las cosas estaban muy mal y que urgía movilizarse. Me costó mucho trabajo poder entrar a Chilpancingo. Cuando llegue al almacén, mis compañeros estaban también reuniéndose. El Secretario nos ordeno que hiciéramos lo que fuera necesario para salvar las medicinas: algunos compañeros estaban de puente y junto con ellos las llaves estaban atrapadas a kilómetros de ahí. Rompimos cadenas, saltamos bardas; hicimos de todo.” Roberto habla con voz tranquila. Su administración estaba preparada. Un par de años levantando la oficina rendían frutos. A pesar de las graves condiciones que siguieron a la tormenta, no hubo un solo brote de cólera en Guerrero durante la contingencia. “A los albergues no solo llevamos salud, sino también alegría y noticias. Fueron momentos de mucha unidad con los compañeros. Incluso celebré uno de mis cumpleaños entre cajas de medicina y despensas.” Mientras Roberto nos relata, sus tres mamás –atentas- lo miran con orgullo. “En la Secretaría de Salud he tenido la oportunidad de conocer gente muy valiosa; gente que sabe que la igualdad entre las personas es muy importante. Son ejemplos de constancia y tolerancia que me impulsan a seguirme preparando y a entender que el respeto es la base de todo crecimiento.” “¿Estas estudiando ahora?, le preguntamos. “Si: hago mi segunda maestría, en Administración Pública. La preparación es clave para tomar mejores decisiones.”
![]() Roberto portando la banderaA pesar de los imprevisto, Roberto portó con orgullo el lábaro nacional. |
---|
![]() Supervisión constanteLa clave para el éxito es contar con el equipo necesario. Hemos dotado de todos los servicios a las unidades médicas que atienden a 120000 personas. |
![]() trabajo en equipoLa camaraderia y el trabajo en equipo son la clave para la eficiencia. |
![]() Sentir y observar.La sensibilidad es la clave para que podamos hacer de este mundo, uno mejor para el futuro. |
![]() La alta montañaRecorrer las poblaciones y entrar en contacto con la marginación, que no priva de humanidad o derechos a quienes les toca padecerla, es una gran experiencia de vida. |
![]() La fotografíaSoy un gran aficionado a la fotografía. Mi sueño es poder hacer una serie que refleje algunos de los detalles mas duramente emotivos de algunos lugares a los que accedo gracias a mi trabajo |
![]() La contingenciaCaminamos entre el lodo y la destrucción. Las personas estaban asustadas. Nosotros les llevamos salud, junto con paz y un poco de calma en esos difíciles días. |
![]() #GuerreroBelloEl poder disfrutar el regalo maravilloso de la naturaleza hace que mi trabajo sea cada día más satisfactorio. |
![](https://static.wixstatic.com/media/96bd60_ff80c2fe518f4687b9c04a2cb494bea8.jpg/v1/fill/w_533,h_312,al_c,q_80,usm_0.66_1.00_0.01,enc_avif,quality_auto/96bd60_ff80c2fe518f4687b9c04a2cb494bea8.jpg)
El futuro.
Ante nuestra pregunta de si cree que Guerrero es una tierra de oportunidades, Roberto asiente positivamente. “¡Claro que sí! Hay muchas cosas por hacer, pero: Bienvenidos todos los que apuestan por Guerrero. Las cosas se pueden hacer, es un proceso lento que requiere de mucha participación ciudadana. El acceso a la educación es la clave.” “¿Cómo te ves en diez años?: “Me sigo viendo en el camino de la administración pública; tomando las decisiones para seguir mejorando positivamente las situaciones y los entornos de las personas. Me estoy preparando para ello. Creo que uno está obligado a cambiar las cosas en el lugar que lo vio nacer. Hacer de él algo mejor para los que nos siguen. No podemos llegar solos al futuro. Nuestra propia inmortalidad está en los demás: en el recuerdo de los hechos y las palabras que uno construye diariamente.” El autoanálisis constante y la preparación a pesar del cansancio, son el tipo de fortalezas que pondera Roberto. Con el nombre de los grandes de la historia de México a cuestas, emprende día a día la labor que lo hace un gran ser humano, consiente de su papel en el Mundo y su responsabilidad con él. “Lázaro Cárdenas, Benito Juárez; hombres que por su trabajo honesto y sacrificio espiritual, lograron las victorias que nos formaron como nación. La administración pública se trata de cuidar y proteger a todos, no solo a un grupo.” Finaliza.
![gentemas.com](https://static.wixstatic.com/media/96bd60_9b4d496966ef4307a48716594ee998d0.gif)